ESTUVIMOS EN LA CUMBRE CAMPESINA PREVIA A LA COP DE LA BIODIVERSIDAD

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ESTUVIMOS EN LA CUMBRE CAMPESINA PREVIA A LA COP DE LA BIODIVERSIDAD

Durante los días 29 y 30 de agosto se llevó a cabo la Cumbre Campesina, rumbo a la COP 16, en el municipio de Fusagasugá. Como Equipo de Comunicación Rural de OPD`S Montes de María participamos en este evento en el que confluimos organizaciones campesinas de todo el país, con la intención de construir propuestas colectivas que serán presentadas en este importante encuentro.

Esta cumbre fue fundamental como preparación para la COP 16, pero también como espacio de encuentro para las luchas campesinas nacionales e internacionales como nos los cuenta Hernando Gonzáles, integrante de la Corporación Comunicación Rural Montes de María: “Allí se posicionó como a través de lo largo de la historia, el campesinado ha trabajado, ha labrado la tierra, cuidando los bosques, cuidando la fauna, las semillas, y ese reconocimiento no se le ha dado”.

Pero, ¿qué es la COP 16 o Cumbre de la Biodiversidad? Es una conferencia internacional que se realiza cada dos años, y en esta ocasión tendrá lugar  del 21 de octubre al 1 de noviembre en la ciudad de Cali, Colombia. Más de 190 países y 150 delegaciones de todo el mundo. Miembros del Convenio sobre la Diversidad Biológica, se reunirán para establecer agendas y compromisos con el objetivo de “detener y revertir la perdida de la biodiversidad, darle un uso sostenible e impulsar la participación justa y equitativa en los beneficios de los recursos géneticos”.

Dado el papel histórico del campesinado como gestor y guardián de la biodiversidad, esta Cumbre es un espacio estratégico para reconocer y fortalecer nuestras luchas en favor del cuidado de las montañas, el agua, los bosques, la fauna, la flora, las semillas, los saberes, y en definitiva la vida en nuestros territorios.

Para definir las propuestas en la Cumbre Campesina Pre-Cop 16, se buscó hacer un balance de las preocupaciones principales del campesinado respecto a la política ambiental en el país y en el mundo. Entre las preocupaciones abordadas se resaltan: la economía basada en el extractivismo; la militarización de la vida rural y el asesinato de personas defensoras de la tierra; las políticas que considera la naturaleza de manera mercantilista y terminan siendo falsas promesas o simplemente soluciones superficiales a la crisis climática; y la guerra y la injusticia social que imposibilitan cualquier conversación sobre la protección ecológica y la producción de alimentos.

Además, se mencionó con mucha preocupación, que el mismo Convenio sobre la Biodiversidad Biológica, que es el marco de acción de  la COP 16,  ignora el papel  fundamental del campesinado y de las personas pescadoras en la gestión sostenible de los bienes comunes naturales, lo que impide un abordaje  integral  de la pérdida de biodiversidad.

Identificados estos grandes problemas, se formularon una serie de exigencias dirigidas a ese espacio internacional y al gobierno de Colombia en concreto. Entre las demandas internacionales se encuentra el reconocimiento del campesinado en la protección ambiental, el enfoque en justicia climática y social para reparar a las personas y los territorios afectados por daños climáticos y la pérdida de biodiversidad, aclarando que ninguna de estas es posible lograrla sin justicia de género que garantice el acceso a tierras de las mujeres campesinas cuidadoras ecológicas. Además, también se recuerda la importancia de priorizar la soberanía alimentaria basada en prácticas agroecológicas y de defender la vida de quienes cuidan de la naturaleza y sus saberes.

Con respecto a la situación especial de Colombia, en diferentes intervenciones campesinos y campesinas dejamos claro que hubo un importante avance con la adhesión del país a la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Campesinos y de Otras Personas que Trabajan en las Zonas Rurales. Sin embargo, también fuimos enfáticos en recordar que el reconocimiento del importante rol y a las luchas históricas del campesinado, sólo tiene sentido si se implementan acciones estatales que hagan efectiva nuestra especial protección constitucional, sin que esto genere conflictos territoriales locales como actualmente está sucediendo entre poblaciones  ya reconocidas como tales. Por esto, se le exigió al Estado colombiano que desarrolle instrumentos de cuidado ambiental y ecológico, participativos, comunitarios e interculturales para evitar acción con daño.

Se mencionó que, sin reforma agraria integral y popular; sin restitución y democratización de tierras y de aguas; sin restauración de cuerpos hídricos y de la salud de los suelos; sin el fortalecimiento de la vida campesina mediante la superación del conflicto armado y el cumplimiento del Acuerdo de Paz y los acuerdos alcanzados con el movimiento campesino, no es posible el cuidado del ambiente ni de los ecosistemas estratégicos para la vida, como los páramos, la conexión andino-amazónica, el Pacífico Biogeográfico y la Orinoquía. En la declaración final de la cumbre, se propone al gobierno de Colombia de acuerpar la visión del campesinado mediante la creación de un órgano que trabaje de forma permanente en el respeto, preservación y mantenimiento de las prácticas de las comunidades defensoras de los bienes comunes naturales, para asegurar la protección y  utilización sostenible de la diversidad biológica.

Como propuesta final concertada por todas las organizaciones, se indica que es fundamental que nuestras organizaciones campesinas sean incluidas en el espacio de decisión como delegación oficial de Colombia en la COP16.

Desde el Equipo de Comunicación Rural, consideramos que, en palabras de Yefri Cervantes “Una de nuestras conclusiones principales es el desconocimiento sobre la COP16 en   Colombia, principalmente en los territorios rurales. Muchos campesinos y campesinas que se han dado a la lucha por la protección a la biodiversidad tienen desconocimiento, así como muchos de los beneficios o reformas que se han realizado a favor de las familias campesinas. Vemos este panorama con mucha preocupación, pues tampoco hay un cubrimiento eficiente y adecuado por parte de los medios corporativos. Por eso, en esta Cumbre, también manifestamos la necesidad de garantizar la participación y cobertura del evento, a los medios y procesos de comunicación popular y comunitaria”. 

El derecho a la comunicación de las familias campesinas, afrodescendientes e indígenas cuidadoras del ambiente, es crucial, no solo para que se conozca la importancia de este encuentro y todo lo que acontece, sino también para que podamos hacer oír nuestras voces desde diferentes rincones que suelen ser silenciados en temas tan vitales como es la biodiversidad.

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