Consecuencias del Alcantarillado: Contaminación e Impacto en la Salud en Puerto Santander

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Puerto Santander, una población dentro de la jurisdicción del municipio de María la Baja, Bolívar, sufre los estragos de un improvisado proyecto de saneamiento de aguas residuales en su cercanía. Lo que inicialmente parecía ser una solución al tratamiento de aguas negras se ha convertido en una serie de problemáticas estructurales que afectan directamente la salud y el bienestar de los habitantes. Este problema, que crece constantemente y se agrava en las temporadas invernales, expone a los residentes de Puerto Santander a desbordes de aguas negras, generando malestar y poniendo de manifiesto las consecuencias de una planificación deficiente.

En el año 2008, se plantea la necesidad de construir un sistema de tratamiento de aguas residuales en la población de Puerto Santander, con el objetivo de que la ciénaga pueda recibir las aguas negras del municipio de María la Baja sin que se vea afectado el ecosistema que alberga una biodiversidad única en la Región Caribe. Tres años después, el proyecto fue una realidad y en el año 2011 se terminó el proyecto, que consiste básicamente en una estación de bombeo y un embalse artificial estructurado a partir de una muralla rectangular de tierra, conocida como la Laguna de Oxidación.

La estación de bombeo de aguas residuales (EBAR) recoge todos los desechos y afluentes residuales de todo el municipio, y mediante un proceso químico, convierte el agua sucia en un 90% de agua potable que termina en la Ciénaga. Este proyecto funcionó bien desde su construcción en 2011 sin que se presenten inconvenientes hasta el año 2016, en el que se dio la primera alerta de desbordamiento del sistema del embalse que amenazó a la población circundante, generando preocupación sobre la seguridad del sistema

Desafíos tras el Desbordamiento: Puerto Santander ante una Crisis Sanitaria

En años siguientes, los peores temores se hicieron realidad. Con las intensas lluvias, los muros de tierra del embalse resultaron insuficientes para retener el agua, provocando el desbordamiento de aguas con materia fecal que se infiltraron en las calles de Puerto Santander. Olores fétidos y torrentes de aguas negras constituyeron un problema de salubridad que no hacía sino comenzar. Las aguas residuales se filtran a través de la polaridad de la tierra y llegan a las fuentes subterráneas de agua, de las cuales la comunidad se abastece mediante bombas manuales y motobombas. Al ingerir toda esa agua contaminada, se ocasionan diferentes enfermedades como diarrea, dolor estomacal, afecciones a la piel, entre otros.

Desde el instante en que se presentaron los primeros inconvenientes en el 2016, los pobladores han elevado sus voces de protesta a todas las autoridades. Es una problemática grave que requiere una intervención inmediata ante un eventual brote generalizado de enfermedades que pueden generar fatalidades. Dentro de este mismo marco de riesgo, surge otra problemática: el debilitamiento de las estructuras de las casas debido a la enorme cantidad de agua que no se retiene en el lago artificial y se filtra por todo el terreno bajo tierra, creando un efecto sumidero que provoca agrietamiento y representa un potencial peligro de caída de casas.

Agua sucia

Impacto Ambiental y Económico: Consecuencias para la Fauna y la Comunidad

La fauna no ha escapado de esta situación; las filtraciones de aguas no tratadas a los sistemas hídricos del entorno han causado mortandades masivas de peces. Esto supone un golpe significativo a la economía del sector que depende de la pesca. Además, agrava el riesgo humano de consumir bacterias propias de peces que habitan ambientes de aguas residuales. La población exige soluciones inmediatas, por lo que en años recientes, los líderes de Puerto Santander entablaron una acción de tutela con la empresa Sociedad de Acueducto, Alcantarillado y Aseo del Norte S.A.S, contratista administradora del sistema, y al Municipio de María La Baja, para exigir un arreglo urgente que permita a las comunidades reivindicar los derechos de un entorno digno para el hábitat.

Desconfianza y Resistencia: El Camino hacia una Solución

Los habitantes de Puerto Santander ven con pesimismo la posibilidad de una pronta solución a esta problemática y desconfían de la buena fe de las instituciones municipales, incluso cuando hay una acción de tutela en proceso. Saben que, mientras llegan las soluciones, deben lidiar día a día con todo el caos de salubridad que generan las filtraciones de aguas sucias. Niños y ancianos deben soportar las continuas enfermedades de la piel, producto del entorno. Sus líderes se mantienen en pie de lucha por una solución efectiva que devuelva la vida al Puerto.

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